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La vida se asemeja a una tela de araña

 La vida se asemeja a una tela de araña; deteniendo la fragilidad de la esperanza, de las ilusiones, del amor, pero llega un día que es destruida, por algo muy fuerte, inevitable y poderoso.

Fue sin darme cuenta que estaba atrapado en sus cuadriláteros romboides de encantado entramado en esa blanca pureza de sutil sedosidad.

Que me regalaba amaneceres impregnados de tímidas gotas de rocío, me envolvían anocheceres de
iluminada luna sacudido por lluvias tormentosas fuertes vientos moviendo su fragilidad.


Pero allí seguía la tela de araña, en la cual seguía atrapado, aferrada a sus débiles pero fuertes anclajes.

luciérnagas de titilantes luces visitaban mis noches arco iris de mariposas jugaban inquietas mis 
mañanas, ¡A! las hormigas con su carga a cuestas, parecían personas desde mis alturas ir y devenir a no
se sabe donde.

¡Era extraño! La gomosidad de la tela de araña no impedía me moviese de un lado a otro caminaba sus romboides caminos, corría de uno a otro lado mirando pasar la vida, yo era parte de esa vida, yo era sol y luna, yo era gota de rocío, era luciérnaga y mariposa hormigas ambulantes con o sin su carga a cuestas.

 Hasta que un día, tropecé en la tela y caí, quise despegar su gomosidad de mis pies, mis manos
quedaron aferradas a ella, en vanos intentos mi cuerpo mas y mas se fue enredando, convirtiéndose en
extraño capullo.

A la espera de no se que, ni de quien, ni de cual o tal misterio, pero si me di cuenta que la vida a de
seguir, que abran soles y lunas y gotas de rocío y luciérnagas y mariposas y hormigas ambulantes con su carga a cuestas que seguirá existiendo la esperanza, los sueños, el amor.

Seguirán habiendo telas de araña.

Que fue mi propia tela la que me envolvió.

Mi propia tela de araña que yo mismo tejí.

     Poema de Nicolás Ferreira Lamaita


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