menú

111 años de la visita de Pérez Galdós a Quintanar de la Orden y El Toboso. por: Marciano Ortega Molina

      Tal como hoy el 5 de junio de 1909, sábado, 111 años, un número elegante, visitaba Benito Pérez Galdós las villas de Quintanar de la Orden y al día siguiente 6, El Toboso. Un hecho histórico para las localidades con una gran repercusión mediática en la prensa de aquella época; un viaje con doble finalidad, en la localidad quintanareña para la asistencia de un mitín político y en la toboseña para saborear el aroma cervantino: uno de los grandes escritores españoles de todos los tiempos, recorre nuestros pueblos en la doble vivencia del político y el literato.

      En Quintanar de la Orden preside un acto político con una gran repercusión nacional, cuentan las crónicas de la asistencia de 5.000 personas, pues tiene una gran atracción popular tanto desde su apoyo a las ideas renovadoras  de la España del comienzo del siglo XX así como por su fama como extraordinario escritor en víspera de ser propuesto para el premio Nobel de Literatura que la final no pudo conseguir. 
      En la mañana del domingo 6 de junio visita la Patria de Dulcinea, paseando las calles de la novela Don Quijote de la Mancha, visitando la Casa de Dulcinea y la casa de Antonio Nuño de la Rosa, el Caballero del Verde Gabán como Galdós lo denomina, en un futuro inspirará el texto inminentemente quijotesco para el año 1915 la publicación de Ciudades Viejas: El Toboso, que a igual que la obra galdosiana está llena de referencias cervantinas.
      Esta visita de Galdós a estos dos pueblos de La Mancha toledana es una deuda que tiene con ellas pues varias novelas suyas: El Doctor Centeno, La Desheredada... están basadas en personajes, hechos, costumbres, gastronomía... de esta tierra, por lo que tenía que debía venir a estos lugares galdosianos descritos, pintados con el realismo de la pluma excelsa del escritor canario. 
Finalmente, el mítin que se celebra el domingo por la tarde en la plaza de toros de Quintanar ante un entusiasmado y entregado público de hombres y mujeres, Pérez Galdós utiliza en su alocución un mensaje totalmente lleno de literatura:
     Levantóse entre una explosión de vítores y aplausos el gran Galdós y leyó las siguientes cuartillas:          "Amigos, correligionarios, queridos manchegos: Recibid, como primeras palabras en esta clásica tierra pronuncio, los más rendidos, los más fervorosos homenajes de mi respeto y de mi cariño.   Es para mi la Mancha el solar literario de España, el altar en que se consagran con el símbolo más  perdurable la unidad de la patria. Manchego es el primer libro de nuestra literatura. Sobre este libro santo, que llamaremos el Evangelio del Lenguaje, prestan juramento de alianza y fraternidad, al través de los siglos, ochenta millones de españoles que forman una de las más considerables familias humanas en España y América.
    Con el pensamiento he recorrido esta hermosa Mancha de un extremo a otro: con el pensamiento he vivido en campos y ciudades y he penetrado en su alma. Hoy vengo a ella traído de la mano de mi entrañable amigo Tomás Romero, que tanto ha trabajado por redimiros de yugo del caciquismo, por sanear vuestra existencia política, por allanaros los caminos para un porvenir próspero y risueño.  Bien puedo deciros que en la propaganda de la idea republicana somos Romero y yo una sola persona, y que perfectamente fundidas nuestras voluntades luchamos y lucharemos siempre por la solución redentora. Con nosotros vienen otro valiente republicano. D. Luis Casanova, concejal de Madrid, y los inteligentes y activos escritores Iglesias, Heredero y Serranos Bustos. Para mayor dicha nuestra, en el camino se nos ha unido el ilustrado profesor, medio montañés, medio toledano, D. Luis de Hoyos. Venimos a establecer con vosotros una cordial comunicación, mejor dicho, comunicación de ideas, y a estrecharnos con intimo abrazo y calurosa efusión de nuestras almas.
Acompañados de amigos entusiastas y generosos hemos visitado a la que Cervantes llama la gran ciudad del Toboso, y ante la intensa poesía de aquellos lugares solitarios, ante aquellas nobles paredes inmortalizadas por una ficción sublime, en cuyo seno alienta toda la realidad de la existencia humana, se ha exaltado nuestro espíritu caballeresco y se ha encendido el fuego de nuestra voluntad.
Compañeros y amigos, caballeros de la Mancha, que lucháis por el bien y la justicia no descanséis hasta desencantar a la Señora de nuestro altos pensamientos, Dulcinea del Toboso; no descanséis hasta implantar en España la República". 
        La ovación que al terminar la lectura se tributó a Galdós fue inmensa e indescriptible

Texto: Marciano Ortega Molina

Texto publicado en este blog con el pertinente permiso del autor

No hay comentarios:

Publicar un comentario