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NI UNA MÁS, NI UNA MENOS 25/11/2022

    Como cada mañana de día laborable, Felipe y Sebastián quedan a las 7 de la mañana en el Bar Libertad para desayunar un café con churros antes de ir a la fábrica de palas de aerogeneradores en la que trabajan, como cada mañana de día laborable, Juan, directivo de marketing de esa misma fábrica, está en la esquina de la barra, pero esta vez algo les llama la atención a los dos compañeros, Juan no está tomando su habitual zumo de naranja, está dando buena cuenta de una copa de brandy. Felipe le comenta a Sebastián que si él tuviera una esposa como la de Juan, a estas horas la estaría poniendo mirando a Cuenca, Sebastián le da la razón, añadiendo que Martina, que así se llama la mujer de Juan, está cada día más buena y que con los modelitos que lleva está para mojar.


     En ese momento, dos agentes de paisano de la Guardia Civil entran en el bar para detener a Juan, él mismo unos minutos antes llamó al cuartel diciendo que acabada de asesinar a su mujer.
    Felipe y Sebastián, al conocer la noticia, comentan: “Normal, Martina siempre iba provocando enseñando sus encantos y Juan ya no podía más.”
Mediodía en la ciudad, en las esquina de una calle, unos sanitarios llevan más de veinte minutos intentando reanimar a Paula, una chica de 17 años que acaba de ser apuñalada en el torax, poco pueden hacer por ella, las heridas recibidas no son compatibles con la vida y solo  pueden ya certificar su muerte.
     A pocos metros, la policía está interrogando a Pedro, novio de la víctima, que según la versión de un ciclista que pasaba por la zona, vio como este apuñalaba a Paula. Lo curioso del caso es que un grupo de vecinos observó en todo momento la discusión y posterior apuñalamiento de Paula por parte de Pedro y no avisaron a la policía, ¿por qué se iban a meter en algo que ni les va ni les viene? Comentaban entre ellos.
      Martina ya había denunciado a Juan por malos tratos pero aún no se había celebrado el juicio. Paula no había denunciado a Pedro, llevaban dos meses saliendo juntos, a pesar de que la avisaron de la actitud violenta de su novio.
Si justificas la violencia de género o callas ante ella, también eres culpable.


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