Más de 500 espectadores pudieron disfrutar de esta obra puesta en escena por nueve mujeres corraleñas, la mayoría mayores de 65 años, que han demostrado que todo el mundo puede hacer teatro y hacer sentir al público con su interpretación.
Este elenco de nueve mujeres ha trabajado sin descanso durante cuatro meses en la puesta en pie de este conocido monólogo teatral. Una propuesta arriesgada y alejada del costumbrismo que propone una visión contemporánea de este importante texto español de la segunda mitad del siglo XX.
Su director, Alberto Novillo, actor y profesor de teatro, relee la obra de Delibes para presentarnos una Carmen Sotillo llena de aristas, interrogantes y contradicciones que hacen más complejo y vital a este personaje famosamente interpretado durante décadas por la gran actriz vallisoletana Lola Herrera. Una puesta en escena que juega con elementos abstractos, un espacio vacío, un vestuario sugerente y una banda sonora totalmente actual. Un cómputo de elementos escénicos que ayudan a entender desde el hoy a la mujer del ayer que representa Menchu (cariñosamente llamada por su marido Mario). Una mujer que aparentemente está muy lejos del hoy pero que Novillo trae al presente para que nos preguntemos si verdaderamente es así, si está todo conseguido en la lucha de las mujeres y que nos planteemos qué diferencias o similitudes hay entre una Carmen de 1966 y una de 2023 en España.
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Uno de los mayores retos a los que se enfrentaban estas mujeres, la mayoría de ellas mayores de 65 años, era la memorización del texto, además de encontrar la verdad y poder conectarse con sus propias experiencias y emociones para que la interpretación fuese real y verosímil. Tres grandes retos para un grupo de actrices aficionadas con un texto teatral entre manos que aparentemente es monótono y sin grandes picos de conflicto. Metas que superaron con sobresaliente ya que mantuvieron al espectador totalmente enganchado a la butaca durante casi dos horas de función.
«Ha sido increíble ver como el trabajo, el entusiasmo y la plena disposición lleva siempre a conseguir muy buenos resultados interpretativos cuando se trabaja con personas aficionadas, independientemente de la edad. Todo el mundo puede hacer teatro y conectarse con su verdad y belleza creativa. Hemos hecho algo bonito y reivindicativo entre todas para celebrar una fecha tan importante como es el 8 de marzo. A las mujeres, desgraciadamente, les quedan muchos derechos por conquistar y los hombres tenemos que estar a su lado, acompañándolas y escuchándolas en su lucha, haciendo también un viaje introspectivo para ser conscientes de la falta de igualdad y del machismo que aún existe en nuestra sociedad y en nosotros mismos. Estamos muy orgullosas, agradecidas y felices por cómo ha recibido esta función el pueblo de Corral de Almaguer» explica Novillo.
Ellas son Consuelo Molero, Encarna Martínez, Isabel Martínez, Loli García, Mari Carmen Bernabé, Isabel Ceballos, María del Carmen Lominchar, Pepita Salazar y Pepi Trujillo. Formaban también parte del equipo artístico, Raúl Cicuéndez en el personaje de Mario, el hijo mayor de Carmen y Mario, y Antonio Carmona a los mandos del sonido e iluminación del espectáculo.
Cinco horas con Mario se publicó en 1966. Fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX en el periódico El Mundo. El 26 de noviembre de 1979 se estrenó la versión teatral en el Teatro Marquina de Madrid protagonizada por Lola Herrera, quién se despidió hace justo un año de este texto que ha interpretado por más de cuarenta años.
La obra transcurre durante el velatorio de Mario, cuando todo el mundo se va. Carmen comienza entonces un monólogo donde va desgranando todos sus pensamientos a su marido a modo de reproches. Le culpa de que su integridad moral y falta de ambición han impedido que alcanzaran el reconocimiento y estatus social que ella ambicionaba para su familia, así como su actitud de superioridad y frialdad hacia ella. Relata cómo se hicieron novios, cómo acabaron casándose y otros recuerdos que revivirá durante las cinco horas en las que vela el cuerpo de su difunto marido.
Nota de Prensa
Fotografías: Alfredo García
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