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Un tiempo para nosotros

 

Nicoleta Talpa. Novelista y escritora
¡Quién no sueña con un día de verano donde la arena y las olas compartan contigo respiraciones sin aliento que arden de amor!

Aquí. Donde reina el silencio y mi alma baila con el viento.

Aquí, en la Isla, en esta playa salvaje protegida por las rocas.

Aquí, donde el nuevo día aleja la noche revelando mariposas y gaviotas… Cierro los ojos y me dejo mecer por el sonido de las olas y el rugido del océano.

Las olas golpean la costa y las gaviotas vuelan sobre mí, y todo esto me hace sentir como si estuviera caminando en un sueño. Pero te veo apoyado contra una roca y tu cálida voz y el movimiento de tu mano me hace ir a tu encuentro.

Se nos hunden los pies en la arena blanca y fina mientras paseamos hasta llegar a la orilla de aguas cristalinas color turquesa.

Me sienta bien escuchar el sonido de las olas y mirar los cielos de vainilla reposando mi cabeza en tu hombro.

De tu mano descubro los secretos de la isla, me siento protegida al probar el roce de tu piel. Sé que hay manos que dan vida, acariciando, sosteniendo… De la tuya voy caminando como un hada hacia un mundo oculto de magia, cubierto de brisa salada, donde conchas y océano se besan…

  Caigo rendida al embrujo de las Cíes y de ti… Y de la playa de Rodas, donde paseamos y recorremos todo su arenal saltando olas de aguas frías, atlánticas, riéndonos…

,,Cuando tengas frío estaré allí para abrazarte. Mi única ilusión es levantarme cada mañana, volver a empezar y saber que debo buscarte…,,.

Hemos recorrido otras playas cercanas, atravesando los bosques que alimentan la sombra de los caminos, pero llegó un momento, al atardecer, en que la marea alta hizo desaparecer la playa y nos obligó a escalar las rocas que sobresalen al final del arenal.

Ahora sigo aquí, a la orilla, donde tus palabras me acarician con tu voz, me seducen en un calma perfecta. Me encanta el relax que produce el sonido de las olas, contemplando la salida del sol mientras al fondo escuchamos música de jazz, tomando una copa de vino y mirando el horizonte en esta noche de verano.

Las olas no sólo mojan, también pueden dar instantes, escenas que enriquecen una mirada… ¡Qué bien sienta compartirlo contigo…!

Nos mira la noche, las estrellas aparecen y en el cielo misterioso contemplamos con asombro la constelación de Escorpio. 

   Hoy aquí nos sonríe el tiempo, sin horas, solo instantes donde nuestras miradas se buscan… De todas las personas del mundo solo hay una persona que te haga vibrar, solo una que tocará tu piel sin tocarte y a la cual tú sentirás y también tocarás… Es en este lugar donde las miradas se han cruzado sin importar el qué dirán, el dónde, el cuándo o el porqué. 

La luz de los guardianes de la noche nos roza, nos observa. Los faros nos iluminan hasta donde no podemos llegar… Hasta allí, donde la leyenda dice que en noches de tormentas se ve hundirse un barco pirata.

Aquí, estamos aquí delante de las arrugas del tiempo.

–¡Sigue soñando! Quiero que vivas cada instante feliz, con esa sonrisa.

Que los años pasen y además de arrugas nos dejen buenos recuerdos. Bucearemos a través del océano…

–No sé qué decir…

–No digas nada, déjate llevar y disfruta del viaje…

Texto: Nicoleta Talpa

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