DE REPENTE
De repente nos damos cuenta que lo que antes no tenía la más mínima importancia ahora la tiene, que eso a lo que antes llamábamos rutinas, lo recordamos con nostalgia, lo echamos irremediablemente de menos.
De repente, esa
vida de hábitos y costumbres simples, muy simples, que en algunos momentos
seguramente más de uno denominamos como una vida de mierda, de repente hoy, tan
solo unas cuantas semanas después nos parece que era toda una vida de auténtico
lujo.
Ahora simplemente, lo más importante es la
SALUD, y no es un dicho, de ahí que lo ponga en mayúsculas. La salud y el amor.
El AMOR será –siempre ha sido- aunque no lo queramos reconocer, el amor, decía
será, es el preciado combustible que nos ayude a mover los motores para salir
de esta preocupante situación, el amor hacía el prójimo, la empatía, la
tolerancia, la comprensión, el cariño, el respeto, el respeto hacia todas las
personas. Cada uno de nosotros tiene un cometido importante en la vida, aunque
a veces no lo veamos, o no lo queramos ver.
De repente le
damos un inmenso valor a profesiones como la de médicos/as, enfermeros/as, farmacéuticos/as,
empleados de la limpieza, camioneros/as, cajeros/as de supermercados, repartidores/as,
reponedores/as, fruteros/as, carniceros/as, guardias civiles, policías, militares,
profesiones que casi nunca hemos valorado como se merecían ¿extraño, verdad?
Otra de las
tres cosas que tiene la vida (decía la canción) es el DINERO, el dinero… salvo
para banqueros, algunos empresarios y buitres varios que siempre están al
acecho en circunstancias como esta, para el resto de los mortales, el dinero
solo sirve para gastarlo… simplemente.
De repente
agudizamos el ingenio, nos comunicamos a través de los balcones, asistimos a
conciertos virtuales, utilizamos el llamado “teletrabajo”, la imaginación
contra el aburrimiento.
De
repente nos damos cuenta que las cosas no son tan importantes como nosotros
creíamos.
De repente “nos
vemos obligados” a estar con los nuestros, más juntos, más unidos que nunca.
De
repente descubrimos que el ser humano es absolutamente vulnerable.
De repente el
fútbol, “el (los) partidos del siglo” el deporte en general, los bares, los
restaurantes, incluso los conciertos de todo tipo, etc. De repente, todo eso es
prescindible.
De repente
descubrimos ese libro que nunca teníamos tiempo de leer, ese disco que
queríamos escuchar tranquilamente…” tranquilamente” una palabra que, de
repente, adquiere su verdadera dimensión.
De repente podemos
hacer aquello que siempre hemos soñado hacer si tuviéramos tiempo.
De repente, hemos
conversado, amado, chateado, meditado, leído, escrito, cocinado, escuchado
música. Y lo más importante; de repente hemos aprendido a priorizar, a darle a
las cosas su verdadero valor.
De repente,
salvo raras excepciones, sacamos nuestra capacidad de adaptación a las
circunstancias adversas.
De repente aun
cuando todavía quedan momentos difíciles, incluso cuando llegamos a aceptar el
dolor, encontramos fuerzas en nosotros mismos para mirar el futuro con
esperanza.
Texto: Paco López
No hay comentarios:
Publicar un comentario